¡Lo que me inspira!

lunes, 12 de abril de 2010

Naufragio





Zarpamos rayando el alba, encaminamos nuestros sueños en una nueva aventura, encomendándonos al cielo pedimos las venías para un mar calmo y vientos apacibles.

Nuestras ilusiones blancas son las velas de este barco, nuestro esfuerzo y dedicaciónjunto con nuestra experiencia son el casco que da forma a esta barca.

Damos un último vistazo a esté muelle, divisamos en él todas nuestras amistades con diversos rostros, muchos de ellos nos expresan su apoyo, otros incrédulos nos piden declinar.

Soltamos las amarras, levantamos nuestra ancla, las velas son hinchadas por el viento y nos perfilamos hacia el horizonte, nos desplazamos velozmente con fin de alcanzar nuestro sueño.

A lo lejos manchones grises ensucian el firmamento, mas no nos toman por sorpresa ya que no esperábamos del todo un viaje tranquilo, tomando precauciones esperamos el adentramos.

El mar comienza a inquietarse, cambia su color azul turquesa por un color gris, la suave brisa que nos impulsaba comienza a mostrarnos su furia, y el sol que nos iluminada se oscurece.

Alzamos nuestras velas para evitar daños, resguardamos nuestros enseres para evitar pérdidas, y encerrados en nuestros camarotes décimos de nueva cuenta aquella oración que inició nuestro andar.

Las primeras horas se mueven tan lento que parecieran días, las sacudidas que recibimos empiezan a inquietarnos, pero guardamos confianza en la fuerza de nuestra barca.

Las siguientes horas parecieran detenerse junto con el latir de nuestro corazón al percatarnos de oleaje intenso; es cuando comenzamos a planear medidas de emergencia ante tal estampa.

De forma repentina se comienzan escuchar los crujidos de la madera, cual llave de sol inicianel réquiem ensalzado por el aullido del viento y relámpagos cual platillos…

Manteniendo la calma y la mente fría decidimos aminorar nuestra carga, nos es difícil decidir que podemos prescindir en este trance, pero sin más opciones dejamos caer al mar cuánto podemos.

Nuestras pérdidas no cesan, a lo lejos escuchamos el grito ¡Hombre al agua! Nada podemos hacer ya que el mar embravecido de un bocado le engulle, sin tiempo para el dolor proseguimos nuestra lucha para sobrevivir.

El viento y el mar enfurecidos nos atacan sin tregua, de un golpe arrancan nuestro palo mayor, dañan el trinquete, einutilizan el mastelero, ya no poseemos aquellas prendas que nos propulsaban.

Es entonces cuando comenzamos a decaer, es entonces cuando comenzamos a sentir cerca el final, nos encontramos atrapados en medio de la nada, sólo recordamos las palabras de aquellos que nos lo advirtieron.

De momento todo se calma, las aguas comienzan a descender, el viento se convierte de nuevo en suave brisa, y el sol comienza a renacer ¿Es la respuesta a nuestra súplica?

Salimos a cubierta, y contemplamos la magnitud de los daños ¡Nuestro barco ya no puede seguir! Ha comenzado a hacer agua, la gracia maligna nos ha colocado en el ojo de un huracán.

Sólo tropezamos con la primera parte de este cuento de horror, nuestra tripulación cansada no soportará un segundo embate, el casco de nuestra nave garantiza una pronta muerte.

No todo está perdido, una pequeña isla nos espera a unos cuantos nudos, sólo nos queda tomar la decisión final ¿Morir con nuestros sueños? ¿Vivir para intentar de nuevo?

Siempre hay un mañana, y mientras vivamos nuestro sueño podrá realizarse, hemos
entonces de abandonar este barco.

Contemplaremos desde una orilla segura su hundimiento, recordaremos la emoción que sentimos el primer día que pisamos su cubierta, y con dolor le veremos colapsar entre la tempestad.

No nos fijaremos en las pérdidas, no nos fijaremos en el dolor, no permitiremos ser atacados con frases trilladas “te lo dije”, sólo el cobarde permite ser manipulado por la prole.

Sobreviviremos.

Continuaremos.

Sobreviviremos...

Veneno para los sueños.




Los sueños…

Que delicioso aliciente para estos los desterrados del paraíso, un espejismo que esta matizado y ensalzado de nuestra fe y esperanza en alcanzar lo inalcanzable…

Una mentira piadosa que nos permite soportar el calvario de esta vida habitual y estéril, donde nuestra razón nos golpea y enfrenta a la cruda realidad.

El corazón se deja seducir por el suave toque de la esperanza, los ojos se dejan eclipsar por el obscuro manto de la noche, y el cuerpo se entrega a un letargo en espera de que el sueño se cristalice.

Día tras día luchamos en este mundo para crear de entre su imperfección nuestro idílico edén, pero tras cada rosa que plantamos aparece una promesa de muerte, y tras cada columna de mármol que erigimos un liquen amenaza opacarle.

Todo tiene un comienzo y esta seguido de un irrefutable final ¿Por qué? ¡No entiendo! Pero es vacuamente respondido con frases trilladas como el de “la vida simplemente es así, así de lógica”

¡No comprendo! Me reusó a creer en las verdades absolutas.
Tejo con mis palabras el abrigo que me permite mostrarme ante el mundo, construyo con mis manos el sendero que pisaran mis pies descalzos, mi corazón quema sus latidos para iluminar mi vida rodeada de penumbras, y mi mente recrea el paisaje que se vislumbrare al final de mi recorrido ¿Eso es un sueño?
Generación tras generación sacrifica su existencia con el sueño de proporcionar una mejor vida a su descendencia, mi padre me dejo con esa misma responsabilidad ¡Le odio! le odio por atar mi tobillo con tan pesado grillete, por colar su sueño en mi regazo y hacerme creer que es propio.

Pesadillas albergo en mí por tener que vivir el sueño de un segundo y hasta un tercero, de una familia, de una sociedad, de un mundo lógico que simplemente es así, irrefutable y de verdades absolutas, no me puedes negar que un hombre debe de tener una mujer como pareja, porque solo macho y hembra tienen descendencia, y que obvio es el sueño de todo padre, ver la descendencia de su sangre en forma de nietos…

Veneno es lo que he encontrado en mi diario andar, pero no es un veneno cualquiera, es uno muy mortal, es veneno para los sueños ¿Cómo se elabora? ¿Donde lo consigo? Sí sé tus posibles preguntas, y créeme amigo mi respuesta te puede desilusionar ¡Vive! Esa es la forma de envenenar los sueños e ilusiones, es la forma lenta y segura de matar un sueño.

Vivir te obliga a mentir y con ello el abrigo que usas se desquebraja, vivir cansa las manos y con ello se termina el camino que cómodamente recorrías con tus pies desnudos, si aun te queda fuerza y valor pisaras los abrojos que tus manos alguna vez pudieron retirar, vivir amarga el corazón y tras su cambio se apaga la luz de su latir, quedaras a oscuras entre espinas que desgarraran las plantas de tus pies, sangraras hasta la última gota que contenga tu cuerpo, y al punto del colapso tu mente vera que nunca estuvo siquiera próximo de ese edén que espero encontrar al final de su camino.

¡Estoy cansado! y he de confesarte que tengo mucho miedo, miedo de que mis sueños estén ya en su final, miedo de este mundo y su verdad inmutable. Me mantengo aferrado a mi camino que es imperfecto y lleno de huecos, mi consuelo es saber que tu calzada no dista de la propia ¡No! No me estoy burlando de ti amigo mío, y mucho menos pretendo compararme contigo, más bien quisiera ofrecerte un trato: déjame ser parte de tus sueños que yo te corresponderé de la misma forma, el veneno que encontré, tú ya lo posees, lentamente nos está consumiendo, estamos condenados tal y como el resto de este miserable mundo, pero al menos cuando mueran mis sueños mi alma tendrá el consuelo de haber estado un paso más cerca de un edén, y créeme que sé que será reciproco, para bien sumaremos nuestros caminos acortando distancias ¿De forma breve o prolongada? No lo sé, eso lo sabremos si aceptas mi propuesta…

Si tu respuesta es una total negativa, no te apenes amigo mío, nuestros caminos seguirán su curso normal, aunque en el mío quedara una pequeña esquirla de color dorado de una posible ampliación, pero como te comento hay veneno para los sueños a cada paso, y sin quererlo es ingerido en contra de nuestro ideal.

Veneno para los sueños, eso es la vida, somos seres que sueñan en un mundo que es como es, donde todo tiene un comienzo y esta seguido de un irrefutable final ¿Por qué? ¡Te repito que no entiendo ese por qué! Ese por qué, que vacuamente se responde “la vida simplemente es así, así de lógica”

¡No comprendo! Me reusó a creer en las verdades absolutas. Me reusó a ser encasillado en respuestas insatisfactorias…