Nébula negra donde el tiempo y espacio se retuercen, ¡Insaciable
bestia en hambruna! Saltas a mi ser
colapsando mi mirada, ¿Instinto o costumbre? Extiendo mis sentidos
restantes a límites inimaginables, compacto mi ser a una intima fracción
comprensible, respiro a contra voluntad tu aliento que aturde, y lentamente se paraliza
mi ser.
Deslizamiento sosegado, bestia al asecho que al menor
descuido engulle la luz en sus inmensas fauces, ¡Se despedaza y muere el color!
Alteras mi mundo, sumerges mi ser en campos estériles, donde las flores no se
ven, y el horizonte desaparece en monocromo, cantos de pájaros callan, y
sinfonía lejana de espectros se deja escuchar por doquier, ¡Clamores que claman
beneficencia!
Ultimo fulgor de sol, mueres en la molienda de donde se
dispersan migajas lumínicas, poco a poco los vestigios de tu grandeza caen
marcando el trayecto del dolor ¡Despojos, camino de luz en la oscuridad! Abismo
inmenso se balancea sobre las cabezas de los mortales, premura que incita la
búsqueda de refugio en el confort del lecho.
Cancerbero inclemente, sumerges a todos los seres de este
mundo en la oscuridad de tus entrañas, les buscas en el rincón más lejano, y
sin distinción les debelas los paracitos, los espectros que viven en ti, seres engendrados
en el calor de nuestro corazón, aberraciones que se alimentan de la psique,
engendros que se fortalecen mientras duermen con la luz de la cotidianeidad.
¡Cruel bestia eres!
Monstruo difícil de domar o de dar tregua, hipócrita promesa de descanso, sólo
eres tormento y cáliz de lagrimas, ladrón inoportuno que bajo la mirada de la
blanca perla palidece, más nunca le
detiene la pretensión de delinquir, testigo voyerista que se difumina en el fuego de la pasión de los
amantes, mas nunca te disipas, sólo esperas el momento para atacar.
En presencia de tu plenitud ¡Exclamaciones que piden auxilio
urgente! Saciedad imposible de vislumbrar, dolor de cuerpos cansados que en la
diurna existencia desquebrajan la musculatura, manos que forjan caminos hacia
lo idílico, espectros lejanos que seducen, incitan, y descaradamente abofetean
y escupen. ¡Doncellas malcriadas que requieren rienda que amanse! Espectros.
Huestes de espectros ¡Enredadera de cardos afilados! Cadenas
que estrangulan y exprimen la vitalidad del cuerpo, lucha desigual donde el
alma pretende ganar ¡Tormenta de imágenes! Relámpagos de luz que cortan las
negruras del vacío, propósitos que pretenden ver el albor junto a nuestra
mirada del nuevo día, luz del nuevo sol…
Minuto a minuto, nuevas almas perdidas en este paraje
desolador, espejos estériles que carecen de esencia, victimas de espectros,
victimas de sus pasiones. Hombres que en medio de esta negra nébula tratan
vanamente de encontrar las pisadas de otros para usarles de guías, alfas dignos a imitar ¡Perfección que tiene
por nombre edén!
El deseo de los hombres de alma en alma es igual. El oro debe
rendirse ante sus pies, la plata escurrirse en súplica ante la mirada, los
diamantes postrarse al paso, y el cielo en azul profundo engarzarse en sus
cabellos que remolinean el viento. Pretenden que su voz sea designio, y que su
mano apoyo primaria ¡Egolatría!
¡Nébula Embustera! Miserable ilusión, madre del inframundo, he caído preso de tus
caricias, y tus hechizos que pretenden aliviar mi alma, tus espectros desgarran
mi voluntad, roban mi cordura, roban una porción de mi existir, mi ser y mis
congéneres alimentan tu etéreo cuerpo, ¡Espectros, cruel e infame nébula!