¡Lo que me inspira!

viernes, 7 de enero de 2011

Surrealismo



Despertando de mi nocturno letargo dispongo mis primeras acciones del nuevo día, desciendo por los fríos peldaños de una escalinata bien conocida, dirijo mis dígitos al control de encendido de mi pecera de cristal y la magia tiñe con sus colores sus aguas turbias, minúsculos hombrecillos corren por doquier, tan rápido como la misma velocidad del pensamiento se alejan y aproximan de la frontera cristalina que nos separa.

Sonidos enigmáticos emanan de la boca enrejada de este cubista ser, el aire se enrarece con las voces de personajes afines a mi lengua materna, pero mis palabras parecieran no ser entendidas por sus percutores ¡quizás no funcionan sus oídos! es obvio que no puedo entablar conversación con estos petulantes seres que solo parlotean entre ellos en su mundo tras la pared de cristal ¡Odio que me ignoren siempre!

Echo mi cuerpo al mullido sofá que tengo frente a tal portal mágico, tomo con mis manos el báculo de poder que me permite controlar a distancia a las personas atrapadas en mi pecera de cristal, realizando mis pases mágicos preferidos cambio sus apariencias, sus voces, sus escenarios donde habitan, y hasta sus lenguas ¡Todo es inútil! por más cambios que les aplique no logro que me den siquiera los buenos días ¡Odio que me ignoren!

Limpió mis ojos de las lagañas que poseen mientras un gran bostezo escapa de mi boca. Una criatura engalanada de formalidad musita desde su universo datos relevantes de mi mundo, captura mi atención evitando que le cambie a su estampa “un gran número de heridos fue el resultado de las manifestaciones realizadas frente al congreso local” ¿Cómo sucedió esto? ¿Por qué no contestas? ¡Odio que me ignores!

Se acumulan rápidamente las tragedias y desventuras en mis ojos y oídos, cada palabra que escapa del ser en la pecera corrompe mi alma sumiéndola en desolación y ansiedad “No hay sobrevivientes del avionazo reportado esta mañana a las afueras del aeropuerto internacional, los cadáveres calcinados son transportados al anfiteatro de la ciudad para ser identificados por sus familiares, no hay rastros de la caja negra” ¡Odio tu frialdad!

Nutro mi mente con las demencias acontecidas en las horas matinales y anteladas a mi despertar, recapitulo una y otra vez cada hecho buscándoles lógica tratando de justificarlos, tratando de entender sus orígenes, tratando de cierta forma encontrar un medio para evitarlos, pero rápidamente el tiempo se me escurre de las manos y debó de partir a mis tareas habituales de la vida que me espera afuera ¡Odio que el mundo sea así!

Tras acicalarme, tomo mi caja de espíritus la compañía perfecta del solitario transeúnte de las calles de esta ciudad, sus serpientes parlantes las engarzo en mis oídos y me deleito con sus canticos diversos, a mi rededor sólo veo imágenes mudas, el ruido del ambiente es bloqueado y sutilmente sustituido con sonidos predilectos controlados por mi voluntad ¡Amo aislarme de la ruidosa realidad!

Abordo una boa naranja que recorre las entrañas de mi urbe, sus viseras estallan cada vez que realiza una pausa en su recorrido, algunos entes suben otros bajan.  Procedo a sentarme en una plaza disponible, la mirada de una mujer con una cría en brazos rápidamente se fija fuertemente en  mí, pero yo solo continuo escuchando a mis esclavos musicales ¡Amo Ignorar lo que me incomoda!

Mi trayecto prosigue a través de las calles de la ciudad, ante mi paso miles de rostros observo, no reconozco a nadie como amigo o afín, sus voces me son mudas y sus sentimientos desconocidos, de entre ellos un anciano con unos pesos en la mano me extiende la misma ante mí ¿Qué demonios pretende?  Camino indiferente frente a él como si su presencia de momento hubiese sido erradicada de mi vista ¡Amo eludir estas cosas feas!

Prosigo a mis labores típicas de todos los días: trabajo, alimentos, descanso, charla, risa, frustración, y un sinfín de acciones y emociones ¡Todo es igual día a día! con el paso de las horas mi cuerpo comienza a cansarse, el agotamiento absoluto acompañado de hastió se hacen presentes en mi retorno a casa, pierdo el conocimiento en pequeños momentos de sueño ¡Solo quiero llegar a casa a ver mi pecera de cristal!

Llegado a mi casa, procedo a echarme en el mullido sofá que esta frente a mi amiga fiel, tomo mi báculo de Poder y recreo mis sentidos con sus encantos, aparece de nuevo de entre mis conjuros una figura trajeada con las nuevas de mi mundo “Crece en la población un sentido de indiferencia y discriminación, asociaciones civiles piden apoyo para frenar ola de intolerancia” ¿Cómo es posible que la gente sea así? ¡Odio que el ser humano sea indiferente con su género!

¿Cuándo estará disponible un artilugio que modifique mi entorno? ¡Odio tener que lidiar con la mala gente! ¡Odio que me ignore mi pecera de cristal! quizás si la gente dejara de enajenarse de la realidad seria un mundo mejor ¡Qué bueno que yo no soy así! Vivo plenamente consciente de mi mundo…