¡Lo que me inspira!

lunes, 30 de mayo de 2011

Corazón Airoso



Mi corazón alberga abismos, donde se crean las más temibles tormentas, donde las alas de las mariposas  son arrancadas, y las aves son arrojadas de sus nidos. Sin remordimiento alguno, sin conciencia de eximir criatura alguna.  

 Mi corazón esta tapizado de campos verdes, donde delicadamente vuelan ruiseñores, donde un papalote surca el cielo, y los dientes de león decoran el aire cual copos de nieve. Sin conciencia de tiempo, sin maldad o destrucción a nadie.

Soy  la ráfaga de viento que viaja sin temor a través de las cumbres borrascosas. Me precipito desde las alturas hacia los valles apacibles de las campiñas aledañas, en ellas retozo entre las hojas verdes de los arboles. 

Soy el suspiro vehemente que al oído musita palabras de amor. La ráfaga sutil que juega con tus cabellos rizándolos cual espiras de humo. El peine invisible que separa cada cabello de tu melena y la retuerce a entera voluntad.

Soy el amante perfecto. Desnudes que proporciona invisibilidad ante la mirada, al tacto ablución de caricias que a cada centímetro de tu piel renueva.  Puedo ser  ira incontenible, implacable remolino que ataca tu rostro.

Soy promesa viajera, mi equipaje se renueva según los designios de la suerte. Agua fresca cual manantial, sol cálido de verano,  sequia apacible, y hasta muerte misma. Soy instrumento de expresión quizás de la misma mano de Dios.
  
Soy la fuerza que sostiene a las aves, soy duende que juega en los campos, soy la flauta dulce, y otras tantas el lamento escalofriante que se refugia en ventanas y puertas. Escultor paciente que contempla cordilleras milenarias.

Soy  vago de este mundo, me visto con los colores de cada terreno que piso con fuerza, desprecio las prendas de los lugares que visito con tranquilidad. Nada me es eterno, soy voluble. Nada me colma, tomo y dejó constantemente…

Tú pequeña criatura, aun después de escuchar esto ¿Quieres entregarme tu amor? ¡Soy Libre y nada me ata, nada me puede contener! Frio y cálido, apacible o violento, ¿Cómo me seducirías? ¿Cómo andarías a mi paso? ¿Cómo Podrás soportarme? 

 Montaña, pájaro, humo, hoja, sinfín de elementos me han querido seducir. Solo me encuentro en este mundo. Agua gemelo etéreo ¿Quieres ser el corazón cristalino que me retenga? Solo una entidad parecida a mí me podrá entender, quizás la misma me pueda poseer… 

Tu pequeña criatura ¿Quieres ser agua?

jueves, 19 de mayo de 2011

Naturaleza Muerta




La estela blanca del veneno consumido por mis pulmones, revolotea cual mariposa a través de los restos de aquellos mis sueños rotos…

Cada bocanada de aire que arrebato de este mundo, se convierte en tiempo restado al reloj de mi vida, ¿Dónde y cuándo terminara? No lo sé.

Mis ojos se quebrantan ante el toque acido de la estela letal,  que deja detrás la ahora biguidibela, su vergüenza se expresa en yanto  que se diluye en la oscuridad.

El tosigo aliento que poseo en mí, es suficiente para romper el silencio, y elevar al cielo una pregunta colmada de rabia e impotencia, ¿Cuándo será?

Las escasas fuerzas que aun albergan mis manos, me son suficientes para empuñarlas, y así, retar a Dios para que muestre su rostro, y deje de burlarse de mí.

Consumido me derrumbo sobre la penuria que tanto deseo abandonar, y nuevamente surge desde mi corazón, ¿Por qué Dios? ¿Por qué te niegas a escucharme?

Aprisionado entre las cuatro paredes de mis aposentos, veo a la diáfana luz del atardecer, colarse a través de  vaporosas cortinas, que reposan sobre una vieja ventana.

El perfume infecto de fruta putrefacta, se eleva por encima de una cesta de sauce, que permanece sosiega sobre la mesa de aquel comedor, que tantas alegrías ha presenciado.

Aterrado contemplo el espejo etéreo de mi presente. Fruta sin comer, ¿Eso es mi vida? ¿Eso  es mi talento? Fuerza inútil sin dirección ni objetivo planeado.

Mis recuerdos se remontan hasta una párvula edad, tiempo dorado colmado de paz, donde no existía la preocupación, menos el dolor.

El pasto verde de un día de verano, el perfume de las flores rebosantes de vida, un papalote montado en la cima del mundo, ¡Esa era vida verdadera!

Capullos de magia albergaban profesiones, uno a uno se arrodillaban ante mí, suplicándome les atendiera. A la distancia la madures guardaba por una respuesta.

Mis risas se coludían con la infancia, impidiéndome ver que el único dañado en esta treta,  era el hombre que sería en un futuro aparentemente lejano.

La firma del diablo toco mis dígitos medio e índice, obligándome a volver de mi momento de  añoranza, el dolor físico se añadía al de mi corazón.

Inerte en el suelo yacía el filtro de un cigarrillo, los trazos blancos que se esparcían siguiendo la trayectoria de caída, se diluían en el vacío de la habitación.

Fruta sin comer, ¿Literalmente será ese mi estado? Las mieles abundantes  de mis pensamientos viven sin hacer meya en las mentes ajenas.

La suave y colorida piel que concedo a la pálida faz del papel, con este toque único de mis manos, sólo es apreciada por mis ojos y nadie más.

La esencia de mis letras, piezas de una orquesta maestra, ¡No encuentran público que les de aplauso! Solitarias se conforman al componer el réquiem de mi fin.

Fruta sin comer, ¿Dónde fue que me desecharon? La cesta de sauce con un tímido crujido rompió el silencio, una estrella en la noche joven atestiguo mi docto despertar. 

Dios aparentemente por una vez en mi existencia respondió, al momento colmo de luz mi cegada obsesión de respuestas, para después ¡Hundirme en la peor de las noches!

Sólo un hombre en esta vida que nació en pesebre, sólo él tuvo a bien colmar este mundo de dignidad, sólo él en la humildad de su grandeza, logro la eternidad…

¿Quién soy yo entonces? Un hombre solo en la noche, asido a sueños de grandeza y bienestar, aferrado a la limosna que la gracia divina arrojo de su mesa al suelo.

 La vida moderna se rige por reglas flamantes. De cuna de oro nacerás, si pretendes la gloria alcanzar, de plata será, si sólo pretendes rozarla.

Maderas fueron la fuerza que sostenían mi neonato cuerpo, ¿Qué oportunidad tengo con tal desventaja? Solo, me encuentro en el mundo, sin poder ni riqueza.

No tengo la gracia de andar sobre el hombro de un gigante,  que con sus manos me abra senderos a voluntad, en este bosque oscuro, donde otros sí lo tienen.

Soy fruta sin comer que muchos han mirado, pero al estar sobre una cesta de sauce vil, y no en bandeja de oro o plata, pasan de largo ofreciéndome sólo su desprecio.

Naturaleza muerta, ¡Hoy más que nunca te comprendo! Me arrodillo ante tu bella desgracia, no soy digno de compararme a ti, pero guardamos mismas características.

Soy creación de un hombre y una mujer, soy objeto de una cotidianeidad, vivo prisionero de un pequeño espacio, aunque yo no tengo serenidad ni paz.

Soy sólo una imagen estática, un experimento divino de destreza, donde la luz y la sombra se conjugaron,  a tal grado que solo se vislumbra mi ser a medias.

Soy una imagen pobre de color, inmersa en la austeridad de todo bodegón, ¡Deseo desesperadamente ser pintura de gran estilo! Para así ser capaz de arrancar la admiración de la nobleza.

La luz del nuevo día me sorprende sollozando. Hoy más que nunca ¡Estoy cansado! Pero antes de dormir. Señor, ante la revelación que me diste, te tengo una discrepancia…

¿Qué pintor comienza recreando a sus musas inmediatamente al nacer? Todos han comenzado con algún bodegón, hasta alcanzar la soltura que la maestría otorga.  

Toma este sufrimiento como prueba de mi maestría alcanzada, atavía mis sienes con lustrosas hojas de olivo, y dame un espacio en este mundo…


Adalberto A.