Sueño que un día mi vida terrenal se termina. Mi cuerpo lastimado por afilados cardos pierde su última gota de sangre.
Sueño que mi sangre alimenta con rubís un botón, el cual guarda celoso una nueva flor de majestuosa estampa.
Sueño que mi piel se funde en un telar de verdes hilos, toma trama intrincada y una textura aterciopelada.
Sueño que mis cabellos se convierten en polen y semillas, los cuales son arremolinados por el viento y esparcidos en el infinito.
Sueño descansar plácidamente, teniendo por cobijo un manto de estrellas bordadas sobre lino color obsidiana.
Sueño con despertar con las caricias de la brisa, enjuagar mi piel con el roció matinal, calentar mi alma con la tibia luz del sol.
Sueño con vivir extendiendo mis límites hacia el cielo, siempre tratando de alcanzar las nubes. Encumbrando mis logros con detalles y colorido.
Sueño compartir mis posesiones y dulces mieles con los hijos del viento, y el ser símbolo de inspiración para el amor.
Sueño con ser rosa de roja estampa que lleves en tu corazón, ser rosa de perfume espeso que inunde tus aposentos.
Sueño con ser eternamente la inspiración de tus sueños, la constante de tus recuerdos, y la alegría de tu vida.
Sueño tras mi muerte reencarnar en un rosal, ser espina y dolor, ser perfume e ilusión, ser pétalo y ser color de los sueños.
Sueño con alcanzar la perfección y ser digno de tu mirar, ser tributo a tu amor incondicional…
